Solo la certificación acredita que un edificio es Passivhaus


La Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP) alerta de la proliferación de proyectos que aseguran cumplir “criterios passivhaus” sin haber sido certificados

  • Recuerdan que la auditoría externa es lo que ofrece garantía, excelencia y revalorización

La Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP), asociación sin ánimo de lucro que engloba a profesionales, empresas y expertos en el campo de la eficiencia energética en la edificación, alerta de que el prestigio de esta certificación está siendo utilizado como reclamo comercial de construcciones que, sin haber recibido la certificación, aseguran cumplir “criterios passivhaus”, llevando a la confusión y, muchas veces, al engaño del consumidor.

Passivhaus es un estándar de construcción de alta eficiencia energética, el más exigente a nivel mundial. Nacido en Alemania hace ya 30 años, cuenta con resultados monitorizados y contrastados. Como estándar, tiene asociada una certificación de calidad que es la única garantía real de que se cumplen y respetan todos los requisitos prestacionales que marca.

Bruno Gutiérrez Cuevas, presidente de PEP, advierte de que “si el edificio no cuenta con la auditoría de un certificador, en ningún momento se podrá tener la garantía de que el edificio ejecutado vaya a cumplir con las prestaciones que marca el estándar Passivhaus de baja demanda energética, altos niveles de hermeticidad y alta calidad del aire interior”.

El proceso de certificación

El proceso de certificación consiste en una auditoría externa que sigue todo el proceso de construcción: desde la fase de proyecto, con la comprobación de los cálculos energéticos realizados en el programa de cálculo específico para casas pasivas (PHPP) y las justificaciones de valores obtenidos; durante la ejecución de obra, con la revisión de las características de los materiales empleados y su adecuación al proyecto previamente auditado; y hasta el final de obra, con los resultados de los últimos ensayos realizados en edificio terminado, como el ensayo de Blower Door con el que se comprueba la hermiticidad al aire. Tras superar todo el proceso, se obtiene como resultado la certificación correspondiente.

Además de garantía, la certificación implica excelencia y revalorización de la construcción. “El propietario de una vivienda Passivhaus con certificado lo tiene ahora y lo tendrá en el futuro, lo que además puede otorgar un plus en la tasación”, comenta el presidente de PEP.

Desde la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP) han observado que cada vez es más habitual que los promotores de un edificio afirmen que cumple “criterios passivhaus” aunque dicha construcción no tenga realizada la comprobación de balance energético mediante la herramienta PHPP y únicamente se limite a cumplir el Código Técnico de la Edificación (CTE).  Se trata de un reclamo que puede llevar a la confusión y que menosprecia la importancia que tienen los estándares para generar confianza y seguridad entre los consumidores.

Los ingredientes no hacen la receta

Para que un edificio alcance los requisitos que marca el estándar, se deben trabajar de manera coordinada y conjunta cinco principios básicos: aislamiento térmico de gran espesor, carpinterías de altas prestaciones, ausencia de puentes térmicos, ausencia de infiltraciones de aire no deseadas y ventilación mecánica controlada y continua con recuperador de calor para responder a los criterios de salubridad que exige la certificación oficial.

Aun cumpliéndose algunos de los principios Passivhaus, “tendríamos únicamente los ingredientes, pero no la receta. Ni siquiera incorporar todos los criterios garantiza alcanzar las prestaciones, si no se ha realizado el cálculo y balance energético de todo el edificio y se han cuidado cada uno de los detalles constructivos. Por ejemplo, de nada sirve instalar una ventana de triple vidrio si luego no se comprueba que el montaje se ha realizado correctamente, asegurando la continuidad de la línea hermética y de aislamiento”, explica Bruno Gutiérrez Cuevas.

La situación en España

En nuestro país, aunque el estándar comenzó a implantarse mayormente en el norte de la península, a fecha de hoy ha llegado a prácticamente todas las comunidades.

Destacan ejemplos como los de País Vasco, Navarra o Aragón, comunidades punta de lanza que han apostado por este estándar tanto a nivel público como a nivel privado, concentrando la mayor cantidad de ejemplos de proyectos Passivhaus en España. Una tendencia que, según vienen observando desde PEP, estaría siendo utilizada para promocionar edificaciones con “criterios passivhaus” pero cuyas prestaciones en realidad no han sido convenientemente auditadas.

Actualmente hay más de 171.000m2 certificados Passivhaus en España repartidos en 161 proyectos que evitan el consumo de 6 millones de kWh y dejan de emitir cada año 1.146 toneladas de CO2, el equivalente al que absorben 114.000 árboles.