El tratamiento de semillas es una forma arraigada y probada de combatir las enfermedades de cultivos y los insectos destructores y fomentar al mismo tiempo la germinación y estimular el crecimiento al principio de la temporada. Las bombas instaladas en máquinas de revestimiento de semillas tienen que superar varios retos y cumplir unos requisitos, por lo cual es vital un asesoramiento especial durante la fase de selección.
El tratamiento aplicado a las semillas suele ser un revestimiento o tratamiento químico fungicida o antimicrobiano. Al aplicar fungicidas se puede, por ejemplo, proporcionar una protección eficaz contra muchos fitopatógenos de las semillas o del suelo, protegiendo contra la putrefacción y las plagas de semillas que pudiera darse durante el almacenamiento o tras la siembra. Asimismo, la aplicación de insecticidas contribuye a luchar contra las plagas que atacan al principio de la temporada cuando los plantones son muy vulnerables.
Más allá de la lucha contra enfermedades e insectos, algunos tratamientos de semillas mejoran, además, las características del cultivo. Por ejemplo, la incorporación de polímeros delgados permeables al agua durante el proceso de aplicación de la película de recubrimiento facilita el flujo de semillas cuando se siembran, mejorando así la uniformidad del cultivo.
El tratamiento de las semillas puede incluso mejorar la producción y la calidad. A modo de ejemplo, el uso de inoculantes microbianos ayuda a mejorar la fijación del nitrógeno en las leguminosas. Ello es beneficioso dado que el nitrógeno es un elemento fundamental para la vida y la disponibilidad de nitrógeno suele limitar el rendimiento de los cultivos. Además, la aplicación de reguladores químicos puede mejorar la capacidad de la planta para soportar el estrés meteorológico en las primeras etapas de crecimiento.
Esta estrategia es ecológica ya que elimina la necesidad de rociar completamente los terrenos de cultivo. También hay una ventaja económica. Muchas semillas tratadas como, por ejemplo, la de soja, son válidas solo para esa temporada de siembra, por lo que las semillas que no se siembren tendrán que ser posteriormente incineradas, proceso que cuesta aproximadamente el doble que la producción de la semilla.
Los tratamientos de semillas se pueden aplicar comercialmente en la industria de semillas o, en algunos casos, «en la granja». Los principales comerciantes de semillas tratan la semilla a granel en plantas especialmente diseñadas para ello. Los revestimientos a granel se almacenan en grandes depósitos y se bombean hasta los «pozos» de la máquina de recubrimiento según sea necesario.
Los tratamientos en la granja se realizan justo antes de la siembra, generalmente mediante máquinas portátiles de revestimiento de semillas que se desplazan a las granjas en el momento de la siembra.
Las semillas pesadas entran en un cono donde a continuación un PLC acciona la bomba que dispensa la cantidad correcta de químico en el tambor de revestimiento. Las semillas reciben un rociado durante su recorrido hacia el tambor o ya una vez dentro de él. Si se tiene la bomba correcta se pueden aplicar todos los tratamientos, incluidos tintes, sustancias diluyentes, polímeros u otras sustancias de granulación o revestimiento, posteriormente y/o en momentos e intensidades diferentes.
Las bombas se enfrentan a varios retos en las aplicaciones de tratamiento de semillas. El polímero, por ejemplo, es difícil de manipular para muchos tipos de bombas por su abrasividad, ya que se trata de colores/tintes basados en pigmentos. La EPA exige que las semillas recubiertas con cualquier tipo de tratamiento químico o biológico utilicen colores diferenciadores que ayuden a su identificación.
Se plantea, entonces, qué tipo de bomba es la que mejor satisface estas necesidades. Dentro del proceso de evaluación, los fabricantes de máquinas de tratamiento de semillas deben decidir qué beneficios son más deseables, tanto para ellos como para los usuarios finales. Normalmente, la selección depende de la capacidad de ofrecer ahorro de costes en la producción, alta productividad y buen rendimiento de las semillas, a la vez que se reducen las paradas y los requisitos de mantenimiento. Según todos estos criterios una bomba peristáltica superará fácilmente a las bombas de diafragma o bombas de tornillo equivalentes en cuanto a precisión de flujo y fiabilidad.
Las bombas peristálticas tienen una instalación sencilla y un mantenimiento rápido, convirtiéndolas así en la opción ideal para su uso en maquinaria de revestimiento de semillas. Las bombas peristálticas no solo pueden funcionar en seco, sino que además el fluido solo toca el interior de la manguera o tubo haciendo que los fluidos abrasivos como los pigmentos sean fáciles de manipular. Además, las diferentes viscosidades de los tratamientos químicos no afectan a la precisión del caudal, con lo cual un exceso de químico nunca será un problema.
Es más, debido a que las sustancias químicas se encuentran dentro del recorrido del fluido de las bombas, no hay riesgo para los operarios cuando realicen la limpieza o el mantenimiento.
El tratamiento de semillas representa un negocio global importante para Watson-Marlow Fluid Technology Group (WMFTG). Muchos equipos grandes de tratamiento de semillas y compañías químicas invierten hoy en día en los beneficios que aporta la gama de bombas peristálticas de Watson-Marlow y su amplia experiencia en el sector.
En aplicaciones de bomba de baja presión, la bomba Qdos de Watson-Marlow, igual que su serie 500 y 600 de bombas de tubo, han demostrado su valía, mientras que para transferir un caudal/viscosidad mayores, las bombas de manguera Bredel se han convertido en la elección preferida de la industria. Con tantas variables en juego para llegar a buen puerto, pocos pueden ignorar los beneficios que ofrece la inversión en tecnología de bombas peristálticas para sus aplicaciones de tratamiento de semillas.