La técnica para mejorar la salud con la decoración de tu casa

El ser humano siempre ha estado ligado a la naturaleza. Sin embargo, con el desarrollo de las ciudades y la concentración empresarial se ha ido desprendiendo de ese vínculo. Reflejo de ello son los datos de éxodo rural en España y las “escapadas” de la ciudad hacia el campo y los pueblos como forma de desconexión. La naturaleza como forma de ocio. Pero, para remediar ese choque entre ciudad y tranquilidad, se está impulsando el diseño biofílico. Una tendencia para organizar y diseñar espacios interiores que se basa en destacar la presencia de elementos relacionados con la naturaleza.

El diseño biofílico es, básicamente, integrar en el interior de las casas y oficinas aquellos elementos que nos trasladan a zonas naturales transmitiendo sensaciones características de un espacio de tranquilidad, alejado del estrés del trabajo o la ciudad. Como destaca Ana García, profesora de LCI Barcelona y arquitecta especialista en diseño de interiores, “esta tendencia no es complicada de aplicar y tampoco supone una gran apuesta económica, por lo que es probable que vaya en aumento en los próximos años”.

De esta manera, se consigue romper con el tradicional diseño de oficinas y hogares donde la estética muchas veces se ha visto absorbida por la sobriedad y el ahorro a la hora de invertir. Además, hay que destacar que hay estudios que vinculan una mejor productividad con un buen diseño. Según una encuesta de Leesman (2017), especializada en crear buenos ambientes laborales, un 57% de los trabajadores cree que el entorno afecta en su forma de trabajar.

Esta estrategia de diseño de interiores parte del objetivo de trasladar a la persona a un entorno natural, lejos de la mala iluminación y de los ambientes sobrios que acostumbra a haber en las oficinas. De igual manera, también puede romper la monotonía de los hogares agilizando la rutina de volver del trabajo para organizar la casa. Por medio de plantas, simples elementos decorativos y una distribución correcta se logra disminuir el cortisol y escapar así del estrés.

Una de las claves está en emular lo máximo posible un ambiente natural. “Como seres biológicos no hemos evolucionado tanto como el entorno que nos rodea, excesivamente artificial y tecnológico. Por eso nos sentimos atraídos por todos aquellos elementos que nos trasporten a tiempos remotos, cuando vivíamos rodeados de la naturaleza”, destaca la arquitecta y profesora de LCI.

“Incorporar plantas naturales desde el principio del proyecto, reservar un lugar adecuado a cada especie e incluso utilizar cuadros con imágenes de entornos de la naturaleza ayudan a crear ese ambiente relajante para las personas. También los colores que se utilizan y la organización de cada elemento cuenta en el bienestar que transmita un diseño”, analiza Ana García, profesora encargada de trasladar estos principios a los alumnos de LCI.

El diseño biofílico establece constantes analogías con la naturaleza tanto en el diseño interior como en el exterior. Esta tendencia prima la luz natural y hasta la circulación de aire. Incluso recoge entre sus opciones incorporar alguna presencia de agua que simule ríos o arroyos que cualquiera puede cruzarse cuando se sumerge en espacios naturales.

Este es un ejemplo más de cómo influye el diseño en la salud y sensaciones de las personas. Otras tendencias como los healing spaces destacan el valor de crear un buen ambiente en lo que a diseño se refiere para mejorar la salud de las personas. Una corriente cada vez más importante en espacios sanitarios que seguramente se incorporará con buena acogida en la configuración de oficinas y viviendas.

lcibarcelona.com