5 pistas para saber si ya es hora de deshacerse de toallas y sábanas

Ya estamos en marzo, se acerca la primavera. Es tiempo de balances y nuevos comienzos. Para empezar la nueva temporada de la mejor manera posible, es bueno deshacerse de todo lo que sobra y aporta desorden, tanto material como espiritualmente.

A menudo tenemos tendencia a acumular mucho más de lo necesario, y nuestro hogar se vuelve inhabitable precisamente porque está demasiado lleno de objetos, difíciles de reorganizar y siempre caótico. Y todo esto repercute en nuestro estado de ánimo, haciéndonos más susceptibles y con la sensación constante de que cualquier esfuerzo que hagas para mantener el orden nunca será suficiente. Cuando llegamos a este punto, significa que ya es hora de proceder con una operación de decluttering.

¿Qué mejor ocasión que la llegada de la primavera para eliminar lo superfluo? Los expertos de Dalfilo – una startup innovadora que está revolucionando el sector de la ropa de hogar poniendo productos artesanales Made in Italy de alta calidad al alcance de todos – nos explican cuáles son las pistas para reconocer si las sábanas y las toallas ya han llegado al fin de su ciclo, y cómo recuperar espacio en los armarios.

Qué es el decluttering

Hacer decluttering consiste en eliminar todo aquello que no sirve, o que no usamos. Es un auténtico tratamiento detox. Gracias a esta operación, conseguiremos crear un espacio ordenado y armonioso, más limpio y relajante. El problema de la acumulación se cierne sobre la sociedad contemporánea, con repercusiones -incluso importantes- en el estado de ánimo y la salud mental, por ello es fundamental aprender a resguardarse y a seleccionar, liberándose del apego a los (inútiles) objetos materiales. Este trabajo te permitirá aprender a dejarte llevar hacia la conquista de la libertad, eliminar la negatividad acumulada y recargarte de una nueva energía, perfecta para el inicio del nuevo año.

Las indicaciones a seguir cuando queremos hacer decluttering son:
– escribe una lista de lo que es realmente necesario y útil
– procede a ordenar por categorías
– divide lo superfluo en tres grupos: tirar, regalar, vender
– deja el sentimentalismo a un lado y piensa racionalmente
– ármate de mucha paciencia y buena voluntad, el objetivo está cada vez más cerca

5 pistas que nos indican que nuestra ropa de hogar ya ha llegado a su fin

1. Sabanas amarillentas. Suele ocurrir que alargamos al máximo la vida de las sábanas, sobre todo de la sábana bajera, porque es la que menos se ve. Pero ojo: si por un lado puede ser bueno aprovechar al máximo la vida de un producto, porque es anti-desperdicio, por otro debemos aprender a reconocer cuándo ha llegado el momento de decirle adiós definitivamente a nuestra ropa de cama. Las fibras se desgastan con el tiempo, tanto por el sudor como por los numerosos lavados. De hecho, con el paso de los años, las sábanas comienzan a volverse amarillas, y si los intentos de volverlas a su aspecto original son completamente en vano, entonces es mejor deshacerse de ellas. Elegir un producto de calidad y cuidarlo como se recomienda en las etiquetas/webs es la mejor opción para alargar su vida.

2. Sábanas gastadas. El estado de desgaste de las sábanas es otra señal de alarma que nos avisa de una sustitución inminente. La higiene de la cama es muy importante, y cuando un tejido empieza a notarse desgastado, ya no es capaz de garantizar un buen rendimiento. Hay que recordar que las sábanas se cambian de media cada una o dos semanas, y que todos estos lavados ponen a prueba la resistencia de las fibras. Invertir en un tejido de calidad, como el algodón percal, permite frenar el proceso de deterioro de estas fibras (en este caso, es precisamente el lavado lo que hace que el tejido se vuelva cada vez más suave). La calidad e higiene del tejido son fundamentales para nuestra salud. Cuando las sábanas y las fundas de las almohadas no están limpias, de hecho, pueden atraer muchas bacterias, alérgenos, ácaros y polvo. Todo ello afecta a nuestra piel y nuestro sistema respiratorio, con la aparición de trastornos como rinitis, asma, urticaria, acné y granos. Es por esto que no debes dudar en cambiarlas, siempre anteponiendo la calidad.

3. Toallas que ya no se secan. El uso constante junto con los lavados consumen las fibras de los tejidos, y mucho más si son de baja calidad. Al principio es un cambio imperceptible, pero a medida que pasan los años, este fenómeno se hace más evidente. Y es exactamente por eso que las toallas pierden su capacidad de absorción y se vuelven inútiles. Precisamente porque es importante secarse bien, cuando las toallas y albornoces dejan de cumplir su función, no debes preocuparte demasiado por sustituirlos por otros nuevos, anteponiendo la calidad del tejido y las materias primas al factor precio.

4. Toallas que huelen (y el olor ya no se va). Otro gran problema con la ropa de baño son los malos olores. Entre las principales causas se encuentran el hecho de doblarlos cuando no están completamente secos, o dejarlos húmedos en el cesto de la ropa sucia durante mucho tiempo, o si se olvidan en la lavadora durante demasiado tiempo. El olor a humedad que desprenden es definitivamente molesto. Si ya hemos probado con lejía (en el caso de las telas blancas) y vinagre blanco, y el olor persiste, significa que estas toallas ya han acabado su trabajo.

5. Ropa de cama que nunca usamos. La ropa de hogar ocupa mucho espacio, por lo que no tiene sentido llenar los armarios con lo que no usas. Ya sea un precioso regalo de boda o un juego de toallas comprado en oferta, eso no importa. Si no lo usas, mejor eliminalo. Si aún son productos nuevos, puedes intentar venderlos en webs de segunda mano; si no, es una excelente oportunidad para donar a quien realmente lo necesita. Esta solución será positiva para quien lo reciba y para nosotros.

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