Rehabilitación y vivienda sostenible para combatir la inflación

Los principales retos a los que se enfrenta la inversión inmobiliaria este 2023 son la inflación, el alza de tipos, el aumento de costes de producción y el endurecimiento del crédito bancario. Sin embargo, el mercado de la vivienda sigue estando en el foco de muchos inversores, pero con matices porque hay nichos de mercado con demanda potencial muy elevada.
Uno de estos nichos es la rehabilitación y la vivienda sostenible, ya que el 70% del parque inmobiliario español suspende en eficiencia energética. Por ello, si apostamos por viviendas eficientes haremos frente a un gasto tan temido como es el gasto energético que, a la larga, supone un gran coste para el usuario.

En este sentido, la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP), asociación sin ánimo de lucro que engloba a profesionales, empresas y expertos en el campo de la eficiencia energética en la edificación, explica que, aunque la inflación es una subida en porcentaje sobre los precios del consumo que afecta tanto a las viviendas Passivhaus como a las que se rigen por el Código Técnico de la Edificación, la subida en euros será mayor cuanto mayor consumo tengas.
Poniendo como ejemplo un incremento del precio de la energía del 20% más impuestos, una familia con una vivienda Passivhaus de 100m2 terminaría asumiendo una subida de 63€ anuales mientras que una familia con una vivienda construida bajo el Código Técnico de la misma superficie terminará asumiendo una subida de 252€ anuales (una diferencia de 189€ más), y esto solamente para la calefacción. Dicho de otra forma, la familia de la vivienda Passivhaus, incrementaría su ahorro mensual con respecto a la familia de la vivienda convencional desde los 79€ iniciales hasta los 95€ después de la subida.

Desde la asociación inciden en que la forma más eficiente de ahorrar energía es apostar por edificios de consumo casi nulo, que no solo permiten cumplir con los objetivos de sostenibilidad, sino que incrementan el confort interior. Además, apuestan porque el estándar Passivhaus, el más exigente a nivel mundial en cuanto a eficiencia, pueda ser tomado en cuenta por las administraciones como modelo a seguir a la hora de rehabilitar viviendas y hacerlas sostenibles.

Una casa pasiva es un tipo de edificación capaz de ahorrar hasta un 75% de las necesidades de calefacción y refrigeración y, de hecho, la poca energía suplementaria que requiere puede cubrirse fácilmente con energías renovables.

Arturo Andrés Jimenez, presidente de la Plataforma Passivhaus, comenta, “la situación actual del mercado inmobiliario nos obliga a apostar por aquellos nichos que mejor respondan a los desafíos del momento. Ya no únicamente para combatir la subida de precios que afecta a tantas familias, sino también por el compromiso con el medio ambiente y con la necesidad de contar con un parque inmobiliario sostenible. Por eso, hacemos un llamamiento a la Administración Pública para acometer reformas que de verdad permitan una drástica reducción de emisiones y del consumo energético de nuestros edificios. Y para ello entendemos que también es fundamental que las administraciones faciliten y agilicen el acceso a las ayudas Next Generation”.

Construir Passivhaus es más barato que construir de manera convencional
Construir edificios Passivhaus es más barato que construir edificios convencionales puesto que la sobreinversión inicial necesaria -que está estimada entre el 3% y el 10% en función del tipo de proyecto- se recupera en los primeros años de uso del edificio debido a los grandes ahorros energéticos que se obtienen, contando a partir de entonces con un ahorro constante y resultando en un edificio mucho más económico al final de su vida útil.

Para ponerlo en magnitud, el gasto de climatización de estos edificios, referido al consumo energético y antes de impuestos, se sitúa en torno a 1,5€ por m2 al año, es decir que para una vivienda de 100 m2 ronda los 150€ al año.

 

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