La plantilla de ITC-AICE se sumerge en una emotiva experiencia cerámica en l’Alcora

La plantilla del Instituto de Tecnología Cerámica (ITC-AICE) vivió una experiencia inmersiva en torno a la cerámica “Made in Alcora” el 21 de julio. Más de 120 personas se trasladaron en autocar hasta l’Alcora para visitar, en el marco de las actividades de carácter interno que la Dirección organiza para su personal, parte de la Real Fábrica de Cerámica del Conde de Aranda, donde se dividieron en varios grupos para atender mejor a las excelentes explicaciones de las personas que guiaron la visita.

Para el personal, dedicado a la tecnología cerámica desde el ámbito más industrial, fue muy emotivo conocer parte de las instalaciones de la Real Fábrica y sus orígenes, cómo se introdujo y se fabricaba entonces la fina cerámica alcorina, y cómo fue evolucionando, convirtiéndose en una instalación pionera no solo en productos y procesos, sino también en la gestión, adelantándose a los tiempos venideros. El personal del ITC se sorprendió al conocer que ya desde sus inicios la Real Fábrica contaba con su “ITC propio”, puesto que desarrollaba una notable actividad de investigación y de formación, con una muy bien estructurada academia de aprendices. Nadie pudo abstraerse de la magia de los hornos morunos y las formas de cocción y conocer los elementos combustibles empleados históricamente para ello (lentisco, tomillo, romero, boj, arbustos, algarrobo, etc.). Todo ello tuvo un efecto sorprendente.

Posteriormente se trasladó al personal al Museo de la Muy Ilustre Cerámica de Alcora, donde, desde una labor gigantesca de mecenazgo impulsado por la pasión y por la vocación de situar a la cerámica de l’Alcora a escala mundial, los hermanos Óscar y Jorge Carnicer, de la firma Emigres, explicaron toda la obra artística que realizan con mimo exquisito y desde la perspectiva de hacer más que cerámica, esto es: hacer que la obra artística cerámica sea capaz de remover las emociones y provocar en quien la contempla asombro, emoción, y quizás cuestionarse los valores vitales.

Tras la contemplación de esas obras de tal magnitud, también se visitó el taller de la Muy Ilustre Cerámica de Alcora, donde la artesanía de maestros y maestras de la pintura, la escultura y el conocimiento técnico necesario, bajo la guía y supervisión de los Carnicer, desbordó a quienes asistieron al ver la exquisitez, minuciosidad y puntillismo de su trabajo allí mismo, pudiendo hacerles preguntas mientras asistían a la realización de su trabajo.

Posteriormente se llevó a cabo una comida en la población cerámica, en la que el personal, fuera de su trabajo y de forma distendida, pudo disfrutar para celebrar y comentar cuanto habían visto. Más de una persona confesó haber llorado de emoción.

En suma, fue una experiencia que la plantilla del ITC no olvidará, gracias a la colaboración de los hermanos Carnicer, todos los artistas de la Muy Ilustre Cerámica de Alcora y del personal del Museo de Cerámica de l’Alcora.

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